The waves

Esta es el primer libro que no lo terminé en menos de 2 libros y no mames sí estuvo pesado tan sólo leerlo y después encontrar como que las ganas de hacerlo. Así que desde este libro supe que al chile no iba a poder lograr la fecha límite que tenía en mente.

Sin embargo, creo que fue un libro que sinceramente disfruté en algunas partes. Claramente el lenguaje no fue una de esas cosas. Era un inglés muy avanzado o posh o practicamente muy poco coloquial y moderno que hacía que se sintiera aún más pesada la lectura. Muchas veces podía sentir cómo mi mente regresaba a su ser y ya había leído uno o dos párrafos y honestamente no sabía decir qué había pasado en ellos. Prácticamente es un efecto muy similar al que provocaba “Memorial del Convento”. Aunque, debo admitir que se nota el buen manejo que tenía Woolf en su época para transmitir diferentes mensajes y sentimientos a partir de sus personajes. Lamentablemente es algo que no pude disfrutar mucho.

No obstante, lo que más disfruté fue el estílo artístico de usar las voces de sus protagonistas para narrar la novela. Mientras lo leía, pude imaginarme cómo sería divertido hacer una novela de la obra en que los 6 actores están en fila y justo cuando a cada uno le toca hablar, el reflector lo ilumina.

Considero que esta forma de narración funciona perfectamente por algo que dice al final Bernard. Él comenta cómo siente que está perdiendo la noción de quién es él, si él es Bernard o es uno de los otros 5. Lo cual me hace pensar cómo los monólogos no eran en realidad de los otros personajes, sino que era uno mismo: Bernard. No creo que él haya creado a los otros 5 desde un inicio, sino que toda la narración fue dada por él en esos momentos de vejez. Esto probablemente por extrañar a sus amigos, por tratar de recordar sus voces y personalidades. Creo que puedo empatizar mucho con ello.

Y esto empieza a tener sentido mientras lo analizas más, porque cada vez los personajes empiezan a tener monólogos más largos y profundos. Al inicio pensaba que esto se debía a que de niños, uno no tiene ideas tan extravagantes o concretas sobre las cosas. Y al crecer, nuestras voces empiezan a ser más fuertes, no sólo para nosotros, sino también para los demás. Sin embargo, siguiendo la teoría que todo esto en realidad era desde la perspectiva de Bernard, hay otras dos posibles respuestas:

  1. Que mientras más crecemos, más nos empieza a importar lo que otros están viviendo y empezamos a ser más consciente de lo que otros hablan.
  2. Que, por obvias razones, recordamos más fácilmente lo que pasó hace un año, que lo que pasó cuando éramos niños.

También me gustó, cómo a pesar que las palabras te mareaban terminabas identificando muy bien la personificación de cada uno de los amigos. Es algo que hubiese pensado que costaría más, pero se entendió muy fácilmente durante la lectura.